lunes, 14 de julio de 2008

YO ERA DIOS, Y EL ÓVALO ERA ADÁN



10:37 Decía el reloj.

Me senté en mi escritorio de madera la cual ya estaba podrida de tantos jugos regados, vómitos y otros líquidos.

Tome un bolígrafo negro y una hoja de papel blanco.

Abrí la gaveta del escritorio y saque una caramelo de limón, le quite la envoltura pero me dic cuenta de que estaba lleno de hormigas así que lo tiré.

Puse mi mano con el bolígrafo encima de la hoja, note que una mosca se paró y dio algunos pocos pasitos.

Golpeé la tabla del escritorio para que se largara. Luego pude preguntarme: ¿que voy a dibujar?

Yo me respondí: ¿Porque no nos dejamos llevar por un trazo?

Más o menos no justamente en el centro de la hoja hice un trazo muy fuerte y afincado, me deje llevar hacia una dirección que termino en un ovalo.

Nuevamente se volvió a parar la maldita mosca en mi hoja, siendo lo más rápido que pude golpee en el lugar donde estaba el insecto.

Pero fue más rápida que yo.

De nuevo me concentré en mi dibujo, al ovalo le hice unos ojos, unos largos ojos en diferentes direcciones cada uno.

Y ahora eran dos. Dos moscas las que se pararon esta vez en cada ojo que dibujé.

Ya obstinado golpeé de nuevo la tabla y cuando se fueron me quede viendo adonde se iban pero eran muy rápidas, las perdí de vista.

¿Podéis creerlo?

A los ojos les hice trazos, que se extendieron, al ovalo le salieron brazos, varios brazos, en total cinco, los brazos con cicatrices.

Al ovalo le molestó mucho que alguien entrará a su mundo.

Yo era Dios.

Y el ovalo era Adán.

Solo que Adán no quería la compañía de Eva.

Una mano era Eva.

Así que en sus manos aparecieron tijeras. Y con esas tijeras el ovalo fue que pudo clavárselas en las tetinas.

¡¡¡ Y le saco una uña a la mano!!!

¡¡¡A la mano!!!

¡¡¡A la mevno!!!

Gotas de tinta negra salieron chapoteando.

Yo fui un dios muy malo. El ovalo solo quería estar solo en su mundo. Yo creé una segunda Eva.

Era un señor, con un peinado muy bonito. El no iba molestar.

Pero el ovalo no pudo soportarlo.

Le arranco los testículos de un jalón.

Que molesto estaba Adán…

Pero me entretenía ver como despellejaba a sus Evas así que creé un nuevo personaje.

Y esta nueva Eva era un corazón, un corazón que lo lleno de clavos con un martillo.

Dibuje unas púas, una cabeza y observé como Adán lanzaba la cabeza hacía las púas.

La siguiente Eva, fue un monstruo, quería ver cual era el más fuerte así que la puse a pelear con el ovalo.

La guerra fue tan sangrienta que incluso su mundo (la hoja de papel) quedo con magulladuras, pero término sacándole el ojo con un cuchillo que yo mismo le dibuje a Adán, luego metió los dedos en el espacio que quedo vació de su cara.

Y en ese instante me di cuenta del monstruo que había creado.

¿Al final no destruiría su propio mundo e iría por mí.

Por eso tuve que dibujar otras dos nuevas evas para que pudieran eliminarlo antes de que esto pasara.

Una también tenía mascara, patas de caballo, Pero no quiso hacer caso…

La segunda era mala, muy mala, (¿Quién es bueno?) tenía una mascara de gas, una bata y un cuchillo de carnicero.

Pero solo se puso a despellejar más los cadáveres que estaban en el mundo, tanto, que hizo un agujero negro que tuve que tapar y algunos garabatos.

Por eso tuve que creer una Eva numero 8.

Sus manos eran afiladas, no tenía rostro así que peleo pero no pudo ganar.

Estaba en peligro. Miré a Adán. Y me asuste.

Las dos moscas tomaron venganza. Miles de ellas cayeron encima del dibujo y mi cuerpo.

Salí corriendo gritando de terror como un pavito viéndome al cocinar y me lancé por la ventana.

Experimento una corta pero placentera conmoción de lo que es volar hasta que ¿por fin llega el arrepentimiento?



Y un frasco de aceitunas gigante cayó a mi lado



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